La salud de los dientes de los niños debe cuidarse desde el momento del nacimiento. Según informa la Academia de Odontología General, los hábitos para el cuidado de la dentadura deben empezar a desarrollarse cuando el bebé tiene cuatro meses, es decir, cuando deja la lactancia y empieza a tomar papillas y otras comidas.
A partir de esta edad es cuando al niño le nace el primer diente y, durante esta etapa, el tipo de comida que consuma puede afectar a su salud dental durante toda su vida. De hecho, se ha determinado que existe una correlación entre el consumo de bebidas azucaradas durante la infancia, y el consumo posterior de alimentos con gran contenido en azúcar.
Como cepillar los dientes de los niños
Los niños deben limpiarse los dientes, por lo menos, dos veces al día. Conviene tomar como rutina el hábito de cepillar los dientes justo antes de ir a dormir y después del desayuno. Los padres deben enseñar a sus hijos a cepillarse los dientes como si fuera un juego, sobre todo, a partir de los dos años, que es cuando la mayoría de los dientes del niño han salido. Bajo supervisión de un adulto, pueden empezar a usar una pequeña cantidad de pasta dental con flúor. Usa una cantidad pequeña de pasta dental.
Al principio, conviene explicar a los niños la necesidad de llevar a cabo este hábito diariamente y predicar con el ejemplo. Conviene iniciar esta rutina como si fuera un juego, enseñándole la técnica manualmente para que comprenda que es importante limpiar bien los dientes por todas sus caras, porque las bacterias son muy listas pueden formar caries en los dientes si no las eliminamos todas. Evita que tu hijo sienta que la higiene dental es una forma de castigo y procura que forme parte de una expresión más de amor que se funda con el ritual nocturno. Este método es mucho menos traumático que llevar al niño al dentista para resolver problemas que se hubieran podido evitar.
Limita el consumo de azúcar
El exceso de azúcar en la infancia puede producir dependencia en el adulto. 'Los hábitos de nutrición del adulto se forman al terminar la lactancia; por eso, es tan importante que el bebé desarrolle hábitos orientados a una buena salud dental',
'Se sabe que el azúcar causa caries durante toda la vida. Cuanto antes se acostumbre el bebé al azúcar, más probable será que, al llegar a adulto, se sienta atraído por alimentos con exceso de azúcar'.
La caries del biberón
Los zumos de fruta, por ejemplo, tienen un alto contenido de azúcar y no deberían representar más del diez por ciento de la dieta del bebé. Sin embargo, un estudio británico muestra que el promedio de los niños ingleses sigue una dieta, cuyo 19 por ciento está formado por zumos de fruta. Los zumos de fruta pueden causar erosión en el esmalte de los dientes. Por este motivo, nunca se debe dejar que el bebé se duerma con un biberón de zumo de fruta: los dientes recién salidos terminan bañados en una sustancia que produce caries rampantes en los dientes y que puede causar la denominada 'caries del biberón'.
Ninguna bebida, excepto el agua, debe tomarse continuamente a lo largo del día, ni servirse más que con la comida y nunca a la hora de acostarse. Los niños a los que se suele administrar medicinas con exceso de azúcar a la hora de acostarse también corren el riesgo de formar caries. Estas caries no están causadas por los azúcares de forma directa, sino por los ácidos que se producen tras la ingesta alimentos azucarados y que usan las bacterias presentes en la placa o el sarro (el material blanco y pegajoso que se acumula en los dientes). El hábito de cepillar los dientes de forma regular y eficiente es la mejor solución para evitar la caries en los niños.
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